jueves, 20 de febrero de 2014

El fútbol (I) - ¿Panem et circenses?

Hoy voy a hablar del fútbol, del que me apetece decir varias cosas. De chaval jugué al futbol, y no lo hacía mal. Hasta que mi padre me 'invitó' a dejarme de tonterías y empezar mi carrera. Eran otros tiempos, claro.

Y me gusta el fútbol... cuando se ve 'fútbol'. O sea que lo veo pocas veces. Porque, frecuentemente, se me revuelven las tripas (en cristiano: 'me cago en too') viendo, oyendo y leyendo lo que veo, oigo y leo.

Vaya por delante mi respeto a la gente de este mundo futbolero que actúa con normalidad, pero desgraciadamente, y por no dejar títere con cabeza...

Los futbolistas: la inmensa mayoría son pobre (es un decir...) gente inculta y endiosada que, jugando al fútbol, explotan la picaresca más insolidaria y antideportiva para sacar una ventaja. Aquello de que 'el rugby es un deporte de villanos, jugado por caballeros, y el fútbol es un deporte de caballeros, jugado por villanos' creo que es cierto. Y no digamos nada del 'teatro' que le echan, y de la mala educación: los jugadores de rugby, de balonmano, de baloncesto... se dan mucha caña, pero ni se quejan... ni protestan.

Los árbitros: pobres diablos, creo que algunas veces no pitan lo que ven, sino lo que prefieren ver. Pienso que puede haber ceguera... o 'prevaricación'. Porque les puede el ambiente, o su interés en salvar su pellejo. Les ayuda muy poco el Reglamento (de esto hablaré otro día). Y eso de ser Juez único, y de que lo que percibe y decide es inapelable... me parece que ya va siendo hora de derogarlo.

El público: asombrosa, la psicología de las masas con el fútbol por medio. Y es que, habiendo gente 'normal', el 'forofo' lleva anteojeras, como los burros, para ver solo en una dirección. Además, parece que mucha gente va al fútbol para poder descargar sus más bajos instintos de agresividad y mala educación. Otros son claros hooligans, macarretas barriobajeros, descerebrados, agitadores anónimos...
Es curiosa la metamorfosis de las personas que produce el fútbol. Conozco a gente (hombres y mujeres) que, si en la calle o en su trabajo, mantienen un aspecto reglado y circunspecto, en cuanto entra el fútbol en escena... se transmutan. Ser forofo parece ser que es desprenderse de toda atadura cívica, es volver a la selva, aflorar el animal que llevamos dentro... Analizándolo fríamente, me parece más bien penoso.

Los periodistas deportivos: Pues están cortados por el mismo patrón. Se supone que un 'comunicador' debe ser ecuánime, pero en programas deportivos de debate, tipo TikiTaka, El Chiringuito, etc, algunos se pasan cinco pueblos en cuanto a su partidismo, su demagogia, su ver con anteojeras... y sobreactúan, convirtiéndose en verdaderos agitadores de masas. Cierto que no todo es rancio 'amarillismo', hay buenos periodistas que practican la templanza compatible con el amor a unos colores... pero así deberían ser todos los que asumen la importante misión de transmitir ideas 'a la ciudadanía'.

Los directivos: estamos en las mismas. Y no hablemos de los chanchullos y negocios que se trajinan a esos niveles. Siempre debería pedírseles, al menos, menos forofismo agresivo y más educación. Hacienda, o quien sea, se deberá ocupar de lo demás. Bueno, hay clubs ejemplares. Y yo me alegro de que 'mi' Madrid tenga (ahora) un 'Ser Superior' al mando... que por lo menos es educado y no está por la labor de 'montar numeritos'.

Y las Federaciones: pues ahí están, permitiendo y alimentando 'el Sistema'. Y surfeando por el 'stablishman'.

En resumen, esto es el fútbol. Un fenómeno social con muchos intereses en juego. A veces me pregunto si no estarán, detrás de los hilos, los poderes fácticos, incluso el Club Bildemberg, la Fracmasonería, los Iluminati... o Spectra. Lo que está claro es que mueve masas... y manipula las conductas y el pensamiento de los ciudadanos.

Por eso preguntaba al principio... ¿no será esto la versión moderna del 'panem et circenses'?

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