jueves, 6 de marzo de 2014

La Ley de la Selva

V ivo, en 'mi' Oviedo, muy cerca de la sede central de Hunosa, dependencia coloquialmente conocida como 'Pozo Moqueta', y esta mañana, como sucede varias mañanas a lo largo del año, hasta temblaban los cristales de las ventanas por culpa de unos horrísonos petardazos. Lo de siempre: otra protesta de los mineros.

A mi me parece muy bien que los trabajadores estén dotados de su Derecho de Huelga. Pero que se regule.

Porque lo que no me parece nada bien es que lo que se reclame sea muchas veces mantener una serie de privilegios soportados gracias a las subvenciones que pagamos el resto de los contribuyentes... y a la 'ciudadanía' (que en muchos casos sufre en sus carnes salarios mucho más bajos, cierres y despidos por fehacientes razones económicas, etc, etc) nos quede, como poso, que el camino para conseguir los particulares objetivos pasa, muchas veces, por alcanzar dañar los intereses de cuantos mas pacíficos ciudadanos, mejor. Eso de que el que no llora no mama... elevado al cubo.

Esto, en Asturias, sobre todo en la Minería, es tradicionalmente así: los mineros son más bien selváticos, y todavía deben recordar 'la Revolución del 34', y quieren seguir viviendo de la 'mamandurria'. Oí comentar (entiendo que en broma) a una persona muy mayor, por cierto catedrático, que eso de mantener las minas asturianas, donde ya se saca el carbón a cerca de 2000 metros de profundidad (carbón absolutamente subvencionado, porque su coste, sobre el precio de mercado, es exorbitante) es, desde hace mucho, un camino equivocado y un gasto anual completamente desproporcionado. Y que con las tecnologías actuales no se debería extraer carbón, sino gasificarlo, directamente, a esa profundidad.
Y añadía, socarrón... 'y mejor con los mineros dentro'.

Pero en fin, a los mineros, en Asturias se les respeta (o se les teme) mucho, así que los dejaremos ya en paz con sus malditos petardos. Porque yo quiero referirme, en general, a las tropelías de las huelgas selváticas (o salvajes), absolutamente desproporcionadas cuando afectan a terceros, pacíficos ciudadanos que no tienen nada que ver con el asunto, de cuyos derechos nadie se ocupa.Como, por ejemplo, cuando afectan a servicios básicos como el transporte, la limpieza, la sanidad, etc. Y al 'gansterismo' muy habitual de los 'piquetes informativos'

Y es que... ¿para cuando una Ley de Responsabilidad Civil de las Huelgas? ¿O una firme actuación de la Autoridad en defensa de los injustamente afectados?
Casos extremos como dejar sin poder viajar en Metro, o en avión, a miles de indefensos ciudadanos dice muy poco sobre la libertad y la democracia. Y el destrozo de mobiliario urbano, de escaparates, etc, etc... un acto (generalmente impune) de vandalismo puro y duro. Y todo ello afecta, al final, a los bolsillos de la gente de a pie que no tiene ni arte ni parte en los motivos (sean o no razonables) de una huelga.

En alguna ocasión, yo he tenido que hacer un desvío de 20 o 30 km por carreteras infames, para llegar a mis compromisos, porque unos piquetes informativos habían cortado el tráfico en una carretera nacional... Y los motoristas de Tráfico ahí, tan tranquilos, vigilando no se qué, pero sin intervenir. ¿Por qué, si me pongo yo a atravesar el coche y cortar una carretera... me sacan de ahí a gorrazos en menos de 5 minutos...?
Y no hablemos de las huelgas de limpieza, en calles y en Hospitales. Vergonzoso. Es que hasta tendría que intervenir el ejército para evitar que la mierda acumulada, y hasta las ratas, sean un peligro para la sanidad pública. Una marranada inadmisible, vamos.

El resumen, que yo creo que lo que falta por legislar es que los convocantes de una huelga sean 'responsables civiles subsidiarios' de los daños que se produzcan a terceros, o a bienes comunes, y responder en los Tribunales ante las demandas que los ciudadanos afectados, o las entidades, eleven.

Así entiendo yo el 'Derecho de Huelga' (y, por cierto, otros muchos derechos): teniendo muy claro que la libertad y los derechos de cada uno terminan... donde empiezan las libertades y los derechos de los demás. Y que la Autoridad, y la Justicia, tenga por norma obligarse a imponerlo. O jugamos todos, o se rompe la baraja y proclamamos la Ley de la Selva.
Porque si aceptamos el 'todo vale', debe aceptarse que ha de valer para todos... y la podemos liar parda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario