jueves, 3 de abril de 2014

Versos sueltos

Seguramente habrá muchos casos 'atípicos' en la Naturaleza pero yo, en lo que da de si mi 'culturilla', solo recuerdo dos, ambos muy cotidianos, y que siempre me extrañaron, por ser, verdaderamente, 'rarezas'.
Una es la de unos árboles, que en Asturias llamamos 'los pláganos' (o falso plátano). En realidad (Google dixit) es el Acer Pseudoplatanus, que los ingleses llaman sycamore (sicomoro, palabra que no se por qué me trae a la mente imágenes de novela de Agatha Christie, o de la Biblia). Es un árbol muy común en parques y jardines, y en las veredas de las carreteras del Norte.

¿Y qué tienen de especial los pláganos...? Pues que es típico ver que todos los años los podan brutalmente (o, mejor, los desmochan, dejando solo el tronco)... pero al año siguiente vuelven a renacer ramas de sus troncos mutilados, como un ave fénix de sus cenizas. Es más, su ramaje yergue, pujante y esplendoroso, de sus propios troncos, aunque estén rotos, vacíos, rebanados... siempre que haya, aunque sea una mínima parte, que los una al suelo nutricio.

Y aún más, funden sus ramas con las ramas de los pláganos vecinos, haciendo un solo cuerpo, tejiendo una red vital que les permite, a todos, sobrevivir. Parece, y así se ve en algunos parques y paseos, que se conformasen como un solo ser vivo, o que llevan la solidaridad al extremo de fusionarse para dar su savia vital a sus vecinos necesitados. Cosa que no se ve en otras especies arbóreas.

Y la otra rareza es la de las yeguas. En la Naturaleza, macho y hembra suelen estar bastante diferenciados: es claro que no es lo mismo un león que una leona, un toro que una vaca, un gorila macho que una gorila hembra, un gallo que una gallina, etc, etc. Y en el ser humano, lo mismo: las mujeres tienen distintas 'prestaciones', en atletismo, por ejemplo, compiten separadamente, tienen distintos records, distinta altura de vallas, en las carreras de obstáculos, distintos pesos cuando lanzan discos, pesos, jabalinas..., etc, etc. Ya dije, en otra ocasión, que hasta se exige más rapidez y fuerza, en las pruebas selectivas, para poder ser bombero que para poder ser 'bombera', cosa que, a las víctimas de un incendio, no les debe parecer nada bien.

Pero si vas a un hipódromo (o lees crónicas hípicas) descubres que caballos y yeguas compiten por igual, y conjuntamente, en saltos y carreras, montados por sus respectivos jinetes (por cierto... y 'jinetas'). Es la única competición 'paritaria' que conozco.
Curioso ¿no?

Vale, acabo. Ya se que lo que escribo hoy es una tontería, pero a mi siempre me ha atraido pensar en ser, en la vida, un poquito... 'verso suelto'.

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