miércoles, 4 de enero de 2017

¿Cambiamos cromos...?

Hace unos días me llegó por email una proposición que me pareció enormemente interesante: cambiar Portugal por Cataluña.
Porque, efectivamente, Portugal es un pais hermano, de nuestra propia sangre, y verdaderamente no costaría gran cosa el podernos integrar.

Y es que, en realidad, Portugal empezó siendo el ‘condado portucalense’ llamado así, durante la Reconquista, en honor a una ciudad de la desembocadura del Duero denominada Portus Cale, y dependiente, inicialmente, del Reino de Galicia, y solo consolidó su independencia hacia 1143. Incluso retornó puntualmente (bueno, casi 70 años) a España en época de Felipe II.

Es más, parece ser que hay un cierto movimiento en Portugal a favor de la fusión, en un solo pais, de la Península ibérica. Y, asombrosamente, una encuesta de 2016 afirma que el 78% de los portugueses son partidarios de una unión política con España. Curiosamente, lo leí en un titular… de ‘La Vanguardia’.

El caso es que con los tocapelotas catalanes dándonos continuamente la vara… yo me apunto a este cambio de cromos. Y es que el portugués se entiende igual o mejor que el catalán, y además, a los portugueses les encanta hablar en castellano, y son mucho más simpáticos. Es más, prefiero oir un fado (aunque me de morriña) que ver bailar, al ritmo de una cobla, una sardana... que lo que me da es grima, por lo cursi que es ese baile.

Y ganaríamos en población (casi llegaríamos a los 50 millones) y en territorio (el 12% más, unos 60.000 km²). Y en costas. Ganando, por tanto, un gran potencial estratégico y pesquero.

Y qué decir de la absorción del mercado luso-parlante del mundo.

Claro, en el aspecto turístico, perderíamos la Costa Brava. Pero ganaríamos Madeira y las Azores. Y la ciudad de Barcelona, pero tendríamos Lisboa y Oporto. Y al Barça, pero entrarían en nuestra liga de fútbol el Oporto, el Spórting de Lisboa y el Bemfica. O sea, ganaríamos en el cambio.

Total, que a mi me apetece mucho. Y apuesto que a algunos españoles, y empresas, residentes en Cataluña, también.

Así tendríamos definitivamente la fiesta en paz, dejaríamos de discutir de si Cataluña en un pais (y que con su pan (amb tumaca) se lo coman), incluso de que si el histórico héroe Viriato era español o lusitano y lucharíamos, orgullosos, por hacer crecer un pais ibérico unido.
Mira, y así hasta Casillas volvería a jugar en España.

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